El goalball es un deporte específicamente
paralímpico practicado por personas ciegas y deficientes visuales que enfrenta a dos equipos de tres jugadores.
Los partidos constan de dos tiempos de diez minutos cada uno y la pista tiene unas medidas de 9 por 18 metros.
Cada equipo se sitúa a un lado del campo, junto a su portería, de 9 metros de ancho, y, sin salirse de una pequeña zona, tiene que tratar de meter gol en la portería contraria lanzando un balón
con cascabeles en su interior, que ha de rodar por el suelo para que se oiga su sonido.
Los tres componentes del equipo que recibe el balón tienen que impedir que entre en su portería arrojándose al suelo para detenerlo.
Todos los jugadores han de salir a la cancha con
unos antifaces opacos que les impiden ver absolutamente nada, para garantizar así la igualdad de condiciones entre ciegos totales y deficientes visuales.
En los Juegos Paralímpicos hay torneos de goalball masculino y femenino y se convirtió en deporte paralímpico en los Juegos Paralímpicos de Toronto 1976 el masculino y en los Juegos de Nueva York
de 1984 el femenino.